martes, 24 de julio de 2012

¿Tortilla democrática o indignada?

Pincho de tortilla solitario en su urna
No sé cómo referirme a esta tortilla en cuestión: es una tortilla democrática, o hace tiempo que perdió la fe y pasó a convertirse en simple indignada, rabiada y dolida con un mundo que cada vez comprende menos y siente más extraño y ajeno. Por momentos, mientras la probaba se me antojaba tortilla no sólo indignada, más bien profundamente encolerizada. Pero luego, su sabor delicado y amable trataba de afirmar un pequeño hálito de esperanza en el juego democrático y en todas las bondades que conlleva. Es la tortilla de Casa Manolo, afamado lugar del céntrico Madrid conocido por sus parroquianos y por sus cualidades gastronómicas que, sin duda, también tendrá. Allí, con un cortado de verdad, de café oscuro apenas manchado por una gota infame de leche, decidí probar las bondades capitalinas regalándome un pincho tortillero madrileño.


lunes, 16 de julio de 2012

Noticias desde las montañas


Fotografía de SMR "el Kurras"

¡¡Nueva corresponsalía!!  Y creo que lo hacemos, seguramente, del mejor modo posible y en uno de los escenarios más apropiados: la verde Asturias, tierra recóndita donde la montaña baña sus pies en el agitado mar Cantábrico; donde la riqueza se arranca de la tierra a golpe de pico y barreno y sus extractores nos enseñan cíclicamente, siempre que toca, a vivir con un poco más de dignidad. La patria de los culines de sidra y de las fabadas tan buenas como indigestas. Y sobre todo, la patria chica de nuestro nuevo corresponsal y colaborador, de iniciales SMR y apodado cariñosamente por algunos como “el Kurras”. Sí, con “k” de kilo, intentando ahondar en lo macarra del término para recordar tiempos gloriosos de heavy metal y de cuando la vaca muge y el cerdo grunge. De 35 años espléndidamente llevados gracias a la tenacidad constante de sus visitas a la piscina, siento decir a todas mis lectoras femeninas que es hombre felizmente casado. De verdad, chicas, lo siento. Bueno, al tema: nuestro corresponsal en Asturias nos ha remitido dos fantásticas fotografías de una auténtica tortilla de patatas asturiana, en concreto de Gijón.

martes, 10 de julio de 2012

¡Maldito sea mi régimen!


Vivo desde hace años bajo una pesada losa. Podría especificar su peso exacto que traducido a mis vanos intentos de adelgazar se convierte en los kilogramos que debería perder. Sin embargo, habito en un mundo traicionero que nos tienta con sus placeres mundanos y nos aleja del camino de la medida estilizada. El trauma se agudiza en los veranos mediterráneos donde es difícil conciliar las terrazas veraniegas, con sus bravas y sus calamares a la romana, sus chivitos y brascadas, con la obligada asistencia a la jornada playera que incluye un vuelta y vuelta haciendo gala de las horrendas carnes que lustran mi antaño majestuosa figura. Si a una dieta rigurosa en exceso, de fruta y yogur nocturno, le oponemos una comida opípara a base de un interminable bufé alentado por el jolgorio del festivo viernes como inicio de un largo fin de semana, el resultado es desastroso: una larga y dolorida siesta con la esperanza de lograr calmar la llenazón tan propia de los asaltos despiadados y sin prisioneros que suelen caracterizar a los bufés libres. Como si nunca hubiésemos comido y mañana fuese el fin de los platos precocinados y las largas vitrinas repletas de manjares a cada cual más grasiento. En definitiva, un tremendo malestar físico pero, sobre todo, moral por el horrible pecado cometido.

jueves, 5 de julio de 2012

Recién hecha

El Mercado Central valenciano es uno de los puntos referentes para todo el turismo que llega a Valencia. En sus pasillos no es complicado distinguir a los cruceristas y demás foráneos de los vecinos de los barrios cercanos. En primer lugar, por la indumentaria. Pero, sobre todo, por esa costumbre que tan poco agrado levanta entre los comerciantes que disponen de puesto en el mercado: hacer una fotografía de las frutas, de los pescados o de las verduras, pero no comprar. Es tal la afluencia de turismo que muchos valencianos “de pro” demonizan el Mercado Central acusándole de haberse pervertido sólo para servir a los intereses del turismo que todo lo banaliza. Infamia atroz fácilmente desmontable, ya que el Mercado Central ofrece algunos puestos dignos de mención, con unos productos de gran calidad a unos precios realmente competitivos: es el caso, entre otros muchos, de las verduras de “Manolo y Encarna” o las frutas de “Salva y María”.