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¡¡Feliz 2013, Tortilleros del mundo!! |
Si es que la ciencia y la técnica avanzan que es un primor. Y de manera exponencial; parece que fue ayer cuando nos dejábamos la vista con aquellas incómodas pantallas en las que los caracteres verde (tono fosforito barra de uranio de los Simpson) parpadeaban sobre el fondo oscuro… y hoy somos capaces de mantener conversaciones directas, incluyendo audio e imagen, con el rincón más alejado del mundo. En todo este devenir de progreso no siempre todos los logros han recibido la misma consideración, y es que la ciencia también es asunto pasajero y sujeto a los vaivenes de las modas y los diferentes gustos estéticos, tan sumamente caprichosos y fútiles. Lo que hoy copa las portadas de revistas mañana es denostado como ejemplo y bandera de la horterada condenada al fondo de los armarios donde deberá dormir el sueño de los justos. Pues bien, reitero e insisto: en el terreno de la ciencia y la técnica ocurre algo similar.
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Y su rostro mudó al sentir el frío del acero abriéndose paso en su interior |
Antes de comenzar, he de hacer una consideración previa. En los escasos meses de vida tortillológica nuestros principios y preceptos se han visto sacudidos por las sacudidas de las opiniones divergentes destinadas a derribar los pilares más fundamentales de la ortodoxia tortillera. De manera que podríamos establecer una corriente de pensamiento bien precisa que defiende a capa y espada la presencia necesaria de la cebolla para conformar la auténtica tortilla de patatas frente a aquellos otros, los menos, que estigmatizan su sabrosa presencia. Sobre este asunto sin resolver, fueron muchos los osados que decidieron abrir un nuevo frente de escisión en torno a las posibilidades de composición: es decir, qué ingredientes, cuántos, y en qué cantidad, acepta la tortilla para no perder su auténtica esencia. Somos muchos los que consideramos que un ejemplar medio admite a lo sumo otro ingrediente, por ejemplo, chorizo; pero algunos atrevidos prefirieron postular la adición de un número indeterminado de ingredientes, dos o más, como si de una vulgar pizza se tratase. Pues bien, el ejemplar que hoy nos trae entre manos es la tortilla de patatas con pimientos (como bien se puede comprobar en la sonriente imagen que ilustra esta entrada, la primera del 2013).
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Un vuelve - tortillas. Espectacular y ergonómico diseño |
Antes de continuar hemos de hacer una pequeña aclaración. Esta tortilla de patatas con pimientos fue ofrecida por “una de Puertollano” que, en todo momento, hizo hincapié en que su plato no respondía necesariamente a una costumbre de la bella localidad sita en la provincia de Ciudad Real. Territorio Tortilla ha abierto un nuevo laboratorio I+D+i en la capital de los reinos, en Madrid, cuya principal responsable, por el momento, es “una de Puertollano” (con la inestimable colaboración de “el de Mieres”) que decidió experimentar mediante la compleja química que suponía la unión de los elementos culinarios “pimiento” más “tortilla de patatas”. Y, sin duda, el efecto fue espectacular. En primer lugar, por la precisión acertada de la base. Sería imposible un resultado final exitoso si no se contase con una tortilla de patatas de calidad, de hechura justa y bien cuajada, con la patata cortada en proporción aceptable, bien cocinada a fuego lento, de agradable paladar. El pimiento era la punta del iceberg gastronómico, con un sabor arriesgado pero valiente, otorgando un peculiar matiz al conjunto que hizo las delicias de los comensales.
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El vuelve - tortillas en acción |
En todo este proceso fue esencial la experta mano de “la de Puertollano”, que contó en su titánica tarea con un increíble avance prodigio de la técnica. Por eso, retomo mis palabras iniciales de esta entrada al referirme a la historia de la ciencia, tan dada a encumbrar a algunos pocos y denostar a muchos otros. Todos hemos oídos hablar y somos conscientes de la trascendencia de inventos como la rueda, Internet, la fregona y un largo etcétera de objetos llamados a hacer que el hombre domine de forma cruel y sin prisioneros la naturaleza. Pero, ¿por qué nadie se acuerda del inventor y creador del “vuelve – tortillas”? Esa mente preclara y visionaria que ideó semejante artilugio, prodigio casi mágico, ha pasado sin pena ni gloria por nuestras vidas, sin haber recibido el merecido homenaje. Hoy, su nombre se pierde vago y genérico, muchas veces oculto bajo ese gris apelativo del “genio popular”, sin ni siquiera merecer la inclusión en el Diccionario de la RAE de su revolucionario invento. Es por eso que estas palabras han de servir de sentido homenaje a ese cerebro magnífico y genial que, un día, decidió que dar la vuelta a la tortilla debía ser tarea más sencilla.
Al desconocido inventor del “vuelve – tortillas”, mis palabras y la fantástica tortilla de patatas con pimientos de “una de Puertollano”. Nuestro más sincero agradecimiento y respeto, allá dónde estés, “inventor del vuelve – tortillas”.
Sin palabras. Increible descripción de un trabajo hecho con nerviosismo al tener entre mis comensales al mayor crítico culinario-tortillero. Muchísimas gracias por la opinión positiva de esta modesta tortilla de patatas con pimientos.
ResponderEliminarInformar a los interesados que semejante invento puede ser adquirido en las especializadas tiendas de importación de productos del lejano oriente (chinos)
ResponderEliminarSi me sigo fijando en fotos de ese tipo, no voy a concentrarme en toda la semana.
ResponderEliminarQué tortilla !!!! Quiero una !!!!!
Que pena la pobre tortilla que se pone triste cuando ve el cuchillo... Muy buena pinta, si Señor! Si es que los manchego-descendientes son muy buenos cocineros.
ResponderEliminarLule